, (2017)

Las imágenes, como las personas y las ideas, constantemente migran, viajan y cambian de forma, rebasan y no reconocen fronteras, se trasladan con toda su carga simbólica, su concepción del mundo y sus rasgos culturales; al encontrarse con otras se funden, se integran, convergen o crean nuevas formas de entendimiento o vida. En el caso de la fotografía estas migraciones son físicas, conceptuales y tecnológicas. La imagen se encuentra en un constante proceso de mutación y reinvención, sus usos, formatos y límites se han modificado por completo, su forma de circulación y consumo también, la lectura o interpretación de ésta se da en contextos distintos a los que eran habituales hasta hace muy pocos años: todos tomamos y todos consumimos fotografías; se ha convertido en parte de nuestras actividades cotidianas, vemos y desechamos imágenes constantemente, es inevitable preguntarnos ¿con cuáles nos quedamos, cuáles resultan trascendentes en este constante fluir en las pantallas, qué me estan diciendo?