Los resultados muestran que las consumidoras se guían por sus sentidos para decidir una posible compra de un producto de moda; es decir, por su percepción visual y háptica al contacto con las carteras de dama, así, también se infiere que buscan la calidad en el producto, entendida a través del material de fabricación, la textura del mismo, el color, los acabados y los herrajes empleados en la fabricación de las carteras. Las texturas calificadas como desagradables o poco duraderas son las que corresponden a carteras fabricadas en textil y/o imitación de piel, por lo que se considera al producto fabricado en piel como “de calidad”. Asimismo se relaciona el uso de la piel como material de fabricación como factor de costo del producto, esto es, se acepta que su costo sea mayor por estar fabricada de éste material. En el aspecto de la funcionalidad, las consumidoras interpretan este concepto como la mayor cantidad de espacio y/o compartimientos que presente la cartera. El uso de herrajes, adornos y detalles metálicos, también repercuten en la percepción de calidad que se tiene del producto presentado.